viernes, 7 de septiembre de 2012

Love is war




Capitulo 1.-
“El comienzo de un amor prohibido”

-El sonido de una armadura al moverse se hacía presente. Un guerrero feudal caminaba a paso apresurado por el extenso pasillo de madera de la gran mansión del Clan “Yamada”, un Clan de gran prestigio por haber servido fielmente al “Clan Tokugawa”. Siendo de esa manera el Clan Yamada tuvo grandes honores por los que en ese momento era uno de los clanes más importantes. Un chico alto y delgado, pero fuerte caminaba lo más rápido que podía por la mansión al cual su familia servía. Iba a ver a su amo y único amigo, el hijo menor del Clan, príncipe feudal y al ser el único hombre, heredero de todo lo que su Padre, el Fudai Daimyo, poseía. Al llegar espero un momento y tomo los extremos de las puertas corredizas y lo abrió de par en par-

-Ryosuke-sama…- dijo el chico tragando saliva. Podía de decirle de esa manera ya que desde que tiene uso de conciencia el chico al cual le servía, era su mejor amigo, ya que habían nacido el mismo año. Ambos ya se conocían todo y una de las cosas que hacía oprimir su corazón, era saber que la persona que estaba frente a el, esa persona que le daba la espalda y tapaba el rostro con ambas manos, llorara, era una cosa que simplemente no podía soportar-

-¡Vete!- Exclamo el chico que estaba dentro de la habitación. Ryosuke no le gustaba la idea de ser el heredero, por la simple razón de que no quería mandar a nadie a las guerrillas de ese tiempo y momentos, minutos antes había recibido una noticia. Su mejor amigo se iba a un encuentro con otro clan adversario, para honrar al Clan Yamada y así conseguirle más honores a la familia a la cual le servía-

-No puedo…-
-¡¿Por qué no?! Es una orden ¿acaso ya no me respetas?-
Ryosuke estaba alterado, la noticia realmente lo había dejado mal, ¿qué haría si su mejor amigo moría en batalla?, no podía pensar tan solo siquiera algo como eso, simplemente el no podía, si llegará a pasar eso, no le importaría su familia, el mismo se mataría… El no iba a abandonar a su amigo-

-Claro que lo respeto Ryosuke-sama…Siempre lo he hecho y eso no cambiará jamás, ni por mucha confianza que tengamos…-El alto chico suspiro suavemente y entró cerrando las puertas corredizas y se acercó a su amo y mejor amigo, poniendo su mano derecha sobre el hombro del príncipe- Ryosuke-sama… es lo que tengo que hacer…su familia, si honor, su vida y respeto a ella esta en mis manos ahora y déjeme decirle que no voy a permitir que le pierdan el respeto a usted…

-Lo se Yuto-kun…-Ryosuke había respirado profundamente para calmarse, su amigo era terco y por protegerlo podía arriesgar su vida, pero el tan solo hecho de imaginar perderlo era demasiado para él- No quiero que vayas… -dijo finalmente, dándose media vuelta y levantarse con mucho cuidado por la ropa que traía, levantándose como un digno príncipe feudal-

-Sabe que no puedo hacer eso… No desobedezco las ordenes de su Padre y como sabe, debo protegerlo – Habló Yuto cabizbajo, quito la mano del hombro de su amigo y se paro firmemente-

-¡SI MUERES NO PODRÁS PROTEGERME! – Ryosuke estaba completamente exaltado, su amigo no entendía, no entendía el hecho de que no quería que fuera a la guerrilla- ¿Qué voy hacer si mueres? ¿ah? Dímelo… por favor… Yuto-kun… en ese momento ¿quién estará ahí para cuando no pueda dormir? ¿Quién paseara conmigo por la tarde o la mañana? ¿Quién podrá llenar este vació si tú te vas?...- Ryosuke tocaba la zona en donde se encontraba su corazón. Yuto siempre había estado a su lado, era quién mejor lo conocía, lo entendía. Lo quería demasiado como para dejarlo ir-

-Es…mi deber…-Yuto se dio media vuelta caminando de regreso hacía la puerta- Lo lamento mucho Ryosuke-sama… -Dijo segundos antes de abrir nuevamente las puertas corredizas de aquella habitación, le dolía mucho que su amigo le dijera esas cosas, más por el hecho de que tal vez si podría morir y con ese hecho no poder ver más el rostro sonriente de su amigo…del único dueño de esos sentimientos incorrectos desde hace unos cuantos años. Sin más abrió las puertas y se marcho hasta su hogar, una pequeña cabaña muy cerca de la mansión. Debía alistar sus cosas desde ya, ya que en una semana más comenzaban las guerrillas, sabía entrenarse aún más, estructurar más su cuerpo para volver vivo y así estar con su amigo, su amado amigo de la infancia-

-A la mañana siguiente Yuto ya estaba junto a los soldados haciendo prácticas con armas, correr alrededor de la casa. Pero como uno de sus deberes de toda la vida, era despertar a su joven amo, se disculpo por unos momentos, se limpió el sudor de la frente y camino hasta la habitación de su amigo. Abrió las puertas como era de costumbre cada mañana, trato de entrar con absoluto silencio y abrió las cortinas de la habitación- Ryosuke-sama, es hora de levantarse~ -Alargo la última palabra y caminó hasta la cama del chico, que aún dormía plácidamente. Cada mañana que iba a despertarlo, observaba su rostro, aquellos rasgos tan femeninos y varoniles a las vez, aquellas mejillas tan suaves que cada mañana debía acariciar, esos pequeños suspiros que se escapaban de vez en cuando por sus labios entreabiertos, la forma tan delicada de moverse en la cama. Todo era único en ese chico, aceptaba que era un error y un pecado enamorarse de su amo y más aún tratándose de un chico, pero no lo pudo evitar. Pero el no podía enamorarse de su amo, simplemente no podía, suspiro profundamente y se levanto y puso su pose firme- Ryosuke-sama, se le hará tarde para el desayuno… por favor levantase-

-¿Y para que quieres que me levante si en una semana más no te tendré con quién desayunar?
 -Contestó Ryosuke medio adormilado, ya que no había podido dormir durante toda la noche, debido a extraños sueños que de hermosos se volvían pesadillas-

-No diga eso, tiene a su familia…

-¡Já!... mi familia… lo único que les importa son sus honores…-
Ryosuke se sentó en su futón y extendió los brazos, esperando a que el menor cumpliera su trabajo de todas las mañanas, el que lo vistiera-

-Sabe que no es cierto…-Algo triste camino hacía el lugar en donde se encontraban las ropas del mayor, sacando una de las vestimentas más lindas y camino nuevamente en donde se encontraba su amigo. Le quito delicadamente el pijama superior, lo limpio suavemente con una tela cubierta con aromas finos que a la ve lo embriaga, con sumo cuidado puso la primera parte de la tenida del príncipe-

-Yuto-kun… Es suficiente, yo puedo hacer el resto…

-Pero aún no…he terminado Ryosuke-sama…

-Solo vete ¿si? Por el momento no quiero verte ni necesito de tú ayuda
- Con determinación dijo Ryosuke antes de levantarse por completo de su futón, sabía que esas palabras le habían dolido a su amigo, tanto como a él, pero debía acostumbrarse a la idea de que no lo vería por un buen tiempo-

-Como usted ordene…- Yuto hizo una reverencia y salió de la habitación de su mejor amigo, ¿hasta cuando iban a seguir con ese trato? ¿Tan mala decisión había tomado con obedecer al Padre de Ryosuke. Sabía a la perfección que si moría, el dolor no le iba a importar, sino la razón que ya no podría tocar el hombro de Ryosuke, o ver esa sonrisa honesta que solo le dedicaba a él, lo que más le dolía era que lo iba a dejar, por proteger a su familia y por protegerlo a el.

2 comentarios:

  1. Lo amas, no vayas a la batalla!!!! Deja las ordenes de su padre y vete con él, sed felices!!!
    Como muera en la batalla no podrá protegerlo, tendria que pensarlo mejor ;____;

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  2. wooo ;O; pobre Ryosuke tiene mucha razon T^T esta muy interesante

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