Nunca había escrito tan rápido D: , pero este es el
último capítulo uwu y por si acaso también explicaré unas palabras raras que
salen por ahí que solo los japoneses saben y también personas cultas ._.
Seppuku: Más conocido como Harakiri, era un ritual o
castigo, más bien era un suicidio.
kaishaku: Son las personas de confianza, sea familiar o
amigo que ayudaba en el Seppuku, para no darle dolor a las personas que lo
cometían, con una señal, ellos degollaban a los que hacían Seppuku. uwu
Zeppitsu: O también conocido como "Yuigon" era
un último poema que escribían los Samurais que cometían Harakiri.
Tessen: Abanico de guerra.
Creo que eso era todo uwu, perdonen el final, pero habían
personas que me atacaron para escribir el tercer capítulo uwu. A todo esto
gracias por comentar ;A; , realmente este blog estaba dedicado para subir mis
fanfic's, esperando enserio ._. que nadie los leyeras y muchos menos que me
dejen comentarios uwu. Gracias ;3; <3
Capítulo 3.- “El último Samurai”
–Las guerras civiles ya comenzaban con las matanzas, unos iban al frente,
infiltrados en los bosques afueras de la mansión del Clan Yamada, mientras que
otros se quedaban en vigilancia de la puerta. Para la suerte de Yuto, el Fudai
Daimyo lo había mandado al frente, sabía que era un samurái digno de todo su
respeto, Yuto tenía en mente “sobrevivir a toda costa” ya que debía volver por
su amado–
-Ryosuke al despertar noto que estaba solo, esa calidez que le daba Yuto ahora
estaba frío, confundido de todo se vistió, pensó que tal vez estaba hablando
con su Padre y decirle “me quedaré”, con una sonrisa en los labios, y el cuerpo
algo adolorido se adentro a la mansión, pero estaba completamente solo-
¿Qué…? –dijo para sus adentros, se
escuchaban los gritos de afuera, un miedo increíble lo invadía, siguió caminan
hasta que por fin encontró a su Padre–
Padre… ¿Dónde está Oka-san y mis hermanas? –
-Ryosuke, debemos irnos… no
podemos quedarnos aquí, tú Madre y hermanas ya se encuentran seguras afuera del
territorio, ¿Dónde estabas? Te estuve buscando para poder irnos.
-¿Irnos?...-lo miraba extrañado, no
comprendía nada, hasta que por fin la imagen de su amigo se le cruzó por la
mente- ¿Dónde esta Yuto?
-¿Yuto?, te lo dije ayer… el se fue a la guerrilla, esta luchando por nuestro
honor y sobre todo por protegerte. –Contestó
el Padre, tomando a su hijo de un brazo, caminando hacía la puerta trasera, debía
proteger al futuro heredero del clan–
-¿Qué?... –Como pudo Ryosuke se zafó
del agarre de su Padre, ¿cómo era que Yuto se había ido? Le había prometido que
no lo dejaría. Unas lágrimas comenzaron a caer y mojar sus mejillas– No…–Sutilmente
se zafó de las manos de su Padre y lo miro aún llorando– El prometió volver… Yo lo voy a esperar aquí Padre.
–¡¿PERO QUÉ ESTÁS DICIENDO?! ¿Acaso
estás loco?, debemos irnos, no podemos esperar a tú amigo, el esta ahí afuera
por protegernos… ¡ENTIENDELO!
–¡NO! Entiéndelo tú… Yo no me voy hasta
que Yuto vuelva…– Respondió determinante Ryosuke, el no se iría sin su
mejor amigo, sin su amado, el debía esperarlo ahí, quería escucharlo y decir
“Llegué” –
–El Padre suspiro con pesar, sabía que querían matar a su hijo y por desgracia
no podían hacer nada, su hermano había engañado a todos para poder quitarle las
tierras que por derecho eran suyas. Pero no podía dejar a su hijo ahí solo,
también sabía que era terco y si le llegaban hacer daño era capaz de matarlo
aunque luego sufriera castigo de muerte por aquello– Bien… pero nos ocultaremos.
–Si…–Respondió algo feliz–
-Los enemigos eran cada vez más y los guerreros del Clan Yamada iban muriendo
de apoco en guerra, Yuto seguía luchando con una que otra herida, no estaba muy
lejos de la mansión, pero pudo escuchar un fuerte sonido, el sonido de la
puerta al caer- Diablos…–dijo para
sus adentro, termino de quitar su katana del cuerpo de un enemigo y con todas
sus fuerzas comenzó a correr, los enemigos habían entrado a la mansión y si era
así Ryosuke estaría en peligro, sabía que la familia saldría, pero conocía tan
bien a su amo y estaba seguro que el se quedaría a esperarlo.-
-Ranmaru Yamada había entrado al fin a la mansión de sus fallecidos Padres,
sus subordinados iban matando de a uno a los guerreros que habían quedado
protegiendo a los Samurai’s– Gran Fudai
Daimyo~ ¡YO SE QUE ESTÁS AHÍ!
–Grito– Si sales ahora, prometo no hacerle nada a tú hijo.
-El Padre de Ryosuke lo había escuchado, sabía que su hermano era hombre de
palabra, este ya era el fin de todo, debía salir a enfrentarlo– Ryosuke… pase lo que pase no salgas ¿si?
– susurro y Ryosuke solo asintió. Se levantó firmemente y salió a enfrentarse a
su hermano– Ya me tienes aquí…
-Quiero lo que me pertenece.
-Sabes que no es tuyo, nuestros Padre me
dejaron a cargo de todo, soy el mayor de aquí. – El Fudai Daimyo miraba a
su alrededor, estaba rodeado de soldados y algunos de los fieles del emperador
Kōmei estaban presentes, sabían lo que planearía Ranamaru y estaban dispuesto a
ayudarlo-
-Bajo las ordenes del emperador, debes cederme todo esto y Ryosuke pasará a ser
mi hijo y el heredero de todo esto– Ranmaru hizo un gesto y uno de los fieles
del emperador le entrego un pergamino al Fudai, debía firmarlo. Sin más opciones
tomo una pluma con tinta y lo firmo, si así protegía a Ryosuke, estaba
dispuesto a entregarle todo, ya había varios muertos y no quería más.
Satisfecho de su acto Ranmaru tomo su katana y la enterro en el abdomen del
Fudai.
-Nunca dije que tú saldrías vivo ¿o no?
– dijo entre sonrisa, dándole un giro a la espada, dándole muerte instantánea
al Padre de Ryosuke, lo dejo en el suelo y con sonrisa de victoria se dispuso a
salir del lugar, debía buscar a Ryosuke, sin duda sería un gran heredero, pero
al salir de aquella habitación quedo quieto, sus ojos se habían agrandado sin
poder reconocer el rostro que estaba frente a el, una espada había atravesado
su abdomen. Yuto había llegado y al escuchar todo aquello, vio salir a Ranmaru
y lo mató-
-Por el honor del clan Yamada y del Gran
Fudai Daimyo –Fue lo último que logro escuchar Ranmaru antes de que Yuto
quitara su espada con sangre, dejándolo caer al suelo. Había cometido una falta
grave y los soldados de Ranmaru lo tomaron de los brazos, no le harían nada,
pero debía tener su castigo.-
-Habían encontrado a Ryosuke, los fieles del Emperador debían tomar las
medidas correspondientes, Yuto Nakajima debía hacer un Seppuku. Estaban en la
habitación del fallecido Fudai Daimyo y como ya ninguno de los dos quedaba,
quedo bajo una persona de confianza de Yuto, Ryosuke debía ejecutarlo, el sería
su kaishaku-
–¡NO! –Ryosuke lloraba una y otra
vez, de impotencia, de tristeza, habían matado a su padre y ahora el debía ser
el ayudante de estúpido castigo que Yuto debía recibir, se negó una y otra vez,
prefería morir el, antes de que Yuto, ya no le quedaba nada, no quería perder
lo más importante en su vida-
–Debes hacerlo… Eres el único que puede…–Yuto
le entrego la espada, Ryosuke era la única persona de confianza y era el único
a quien le dejaría su muerte. Se preparó, se puso un kimono blanco y se sentó
de rodillas al suelo, se dispuso a beber sake caliente, frente a todos los
espectadores, tomo un pincel y se dispuso a escribir su Zeppitsu sobre el tessen,
busco las palabras correctas y comenzó a escribir:
“Te digo adiós, y acaso, con esta despedida,
Mi más hermoso sueño muere dentro de mí...
Pero te digo adiós, para toda la vida,
Aunque toda la vida siga
pensando en ti.”
-Se volvió a sentar correctamente, tomo la daga con la que haría su acto y la
envolvió cuidadosamente en papel de arroz, se abrió el kimono y puso las mangas
debajo de las rodillas, para así no tener que caer indecorosamente-
-Yuto…–Ryosuke no aguantaba el dolor en su corazón, el no podía matar a su
mejor amigo, simplemente no podía, y claro ¿cómo matar al amor de su vida?, al
chico que lo hizo suyo, al cual se entrego completamente. Ya no podía soportar más;
vio como su amigo acomodaba la punta de la daga en su vientre, con el dolor de
su corazón y con una lágrima cayendo sobre su mejilla, se puso de rodillas al
lado de Yuto, tomo un poco de papel de arroz, se abrió su propio Kimono y miró
al chico que estaba a su lado– Yo no quiero estar en un lugar donde tú no
estés… Te amo Yuto…– Miró al frente y finalmente cuando su lágrima cayo al
suelo, Ryosuke se enterró la daga con la cual iba a asesinar a Yuto, en el
pecho, junto en la zona de su corazón, con eso ya no dolería más, dio un último
suspiro y sus ojos se cerraron completamente, dejando la daga en su corazón ya
sin vida-
-¡NO! –Yuto había alargado la
palabra, ¿cómo? ¿Por qué?, instantáneamente comenzó a llorar, se acercó al
cuerpo del mayor y lo sostuvo en sus brazos, no lograba dejar de llorar,
Ryosuke había muerto frente a sus ojos, la vida que más anhelaba ya no estaba;
dejo suavemente recostado el cuerpo de Ryosuke en el piso y volvió a tomar el
pincel y su tesse y escribió:
“Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren..”
-Terminó de escribir y nuevamente se acerco a su amigo, se inclino muy
leve y frente a los ojos de los soldados y fieles del emperador lo besó, tragó
saliva y tomo postura, su kimono estaba abierto y se enterró la daga en el
vientre
por el lado izquierdo con el filo hacia la derecha; cortó hacia la derecha
firmemente y volver al centro para terminar con un corte vertical hasta casi el
esternón. Con las pocas fuerzas que le quedaban y casi botando sangre por la
boca, y sin importarle su deshonor por si manchaba sus ropas con sangre, se
recostó al lado de su amado Ryosuke, de su mejor amigo, de su amo y lo abrazó.
El dolor era insoportable, pero le beso la mejilla y lentamente iba cerrando
sus ojos, ya no le quedaban fuerzas. – Yo… me
encargaré de encontrarte en otra vida… lo prometo…– Y diciendo esas última
palabras Yuto murió, la lado del cuerpo del chico que más amo, dejando
desconcertados a los espectadores de aquel amor imposible-
_________________
-Habían pasado siglos, décadas e incluso un milenio de aquello, era el año
2012. Un chico estaba atento lo que el profesor de historia contaba, acerca de
la época de los samuráis- Que triste…–pensó. Miró a un lado y vio que su amigo
estaba durmiendo, claro faltaba poco para que terminaran el instituto y las
presentaciones como grupo cada vez eran más- Ryosuke~ – susurro bajo, pero el
chico no respondió, torció los labios y saco su móvil, sin que el sensei lo
descubriera; escribió algo y luego lo guardo en su bolsillo-
-Ryosuke estaba durmiendo, pero aún así escuchaba a lo lejos lo que el sensei
les decía, un molesto sonido junto con algo vibrando lo despertó completamente,
sacó su móvil, era un mensaje de parte de su mejor amigo y novio. Miró a todos
lados y levanto la tapa para leerlo.-
“Si no despiertas el sensei te regañara.
Por cierto, Te amo ♥:3”
-Sonrió torpemente e incluso se sonrojo, a veces Yuto con simples palabras lo
hacían sonrojar. Se digno a responder.
“No me importa~” – le envió el
mensaje y se acomodo nuevamente para poder dormir, pero había olvidado algo,
así que nuevamente levanto la tapa y escribió-
“Yo también Te amo ♥” – Cerró
por último la tapa de su móvil y se acomodo para cerrar sus ojos y seguir
durmiendo durante la clase de historia-